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Re-educación auditiva

 

Escuchar es la facultad del cerebro de interpretar y reconocer los estímulos sonoros. Cuando existe un desorden en el procesamiento auditivo el niño/a o el adulto puede tener problemas para reconocer las diferencias sutiles entre los sonidos de palabras. Cuando el ambiente es ruidoso tendrá problemas para seleccionar la información relevante de la no significativa. Esto genera, en muchos casos, dificultades en la vida diaria y en los procesos de aprendizaje (lentitud de procesamiento, baja atención, problemas de conducta, problemas de lectoescritura,…).

 

Tener una mala escucha significa que algo está perjudicando la captación, el procesamiento o la interpretación de la información sonora. No existe ningún problema físico, pero no se reconoce correctamente el lenguaje o el sonido medioambiental.

 

Método de trabajo

 

Siempre que sea posible, se realiza una valoración directa en base a pruebas auditivas minuciosas en las que se observa la agudeza auditiva, uniformidad en los umbrales de percepción entre ambos oídos, distorsiones que se pueden producir en diferentes frecuencias, discriminación de sonidos, lateralidad auditiva, tiempo de respuesta, nitidez en la percepción, seguridad en las respuestas.

En niños pequeños o con dificultades de atención, este proceso de valoración directa no es fiable, por lo que se realiza una valoración en base a la realización de una entrevista estructurada con los padres.

Los resultados de la valoración permite decidir el método y la fórmula más conveniente de tratamiento. Todos los métodos de intervención se basan en la escucha estructurada de una serie de estímulos sonoros que van reeducando el oído.

 

 

¿A quién podemos ayudar con esta actividad?

 

  • Niños que presentan un retraso en la adquisición del lenguaje.

  • Personas que han sufrido otitis de repetición durante la primera infancia.

  • Personas con dificultades para inhibir estímulos auditivos no relevantes, en estos casos podemos encontrar complicaciones para diferenciar las voces sobre un fondo ruidoso .

  • Personas que tienen una respuesta lenta ante el estímulo sonoro, pueden decir varias veces al día “¿qué?” o tener dificultades en seguir varias instrucciones ya que pierden parte de la información

  • Personas con fallos en la dicción o escritura que no provienen de una mala articulación, si no de una incapacidad de escuchar un determinado fonema (correspondiente a un punto determinado de la escala de sonidos).

  • Personas con hipersensibilidad a los estímulos sonoros (pueden aislarse del entorno para no sentirse agredido o responder con actitudes sumisas ante el entorno, o por el contrario reaccionar de manera impulsiva y/o violenta en ambientes ruidosos).

  • Personas muy emocionales con una curva auditiva determinada. También los niños / as abúlicos, tendentes a la tristeza, …

 

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